Garra Charrua: Juan Hohberg

GARRA CHARRÚA: El Jugador que MURIÓ, REVIVIÓ y SIGUIÓ JUGANDO - Historia del Fútbol Uruguayo

¿Qué es la Garra Charrúa?

Explicar esto no va a llevar unos pocos minutos, es necesario encarar varios temas, desde sus orígenes hasta la actualidad, pasando por eventos inéditos de nuestra historia hasta otros que parecen simples y mundanos para nosotros y sin embargo son únicos en el mundo, todo eso construye el legado de la Garra Charrúa.

Esta es una de las primeras preguntas que se nos viene a la cabeza cuando se habla de este tema que nace hace más de cien años.

Si bien la expresión viene del ámbito del fútbol, lo cierto es que hoy en día también se extiende hacia otras áreas.

Historia

Tal vez nunca te lo preguntaste, pero ¿en qué momento surge la expresión “La Garra Charrúa”?

Según a qué historiador le preguntes te va a decir que la expresión surge en la década del 10 del 20 o del 30, yo me apego a que arrancó en la década del 10, concretamente para el evento de la Copa América de 1916 disputada en Argentina, donde ganó Uruguay. Esta expresión siguió tomando protagonismo en las siguientes décadas del 20 y del 30, mostrando al mundo los triunfos del Mundial de los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928 y de la Copa del Mundo de 1930.

La expresión no hacía referencia a ganar por la fuerza, sino a hacerlo a la ofensiva, con buen juego, pero siempre sacando lo mejor de cada futbolista en los momentos más difíciles. Es el plus que los uruguayos damos aunque parezca que estamos vencidos, cuando ya no queda oxígeno en los pulmones y algo nos lleva a seguir luchando hasta el último minuto, a seguir adelante hasta lograr la victoria.

En términos reales, la garra charrúa es una sucesión de eventos que se vienen dando año tras año, algo que comenzó como una expresión de rebeldía llevando los límites humanos al máximo, pasó a ser algo místico y gracias a nosotros mismos, a itos inéditos, la garra charrúa se convirtió en una realidad.

Juan Hohberg

Nuestro himno nacional comienza un verso; “Orientales, La Patria o la tumba…”, esto es algo que indudablemente tomó al pie de la letra Juan Hohberg quien era apodado El Verdugo, Hohberg es un claro ejemplo de la “Garra Charrúa”, alguien que literalmente estaba dispuesto a morir por la camiseta, si bien era nacido en Argentina, se nacionalizó Uruguayo y decidió jugar para la celeste.

Juan Hohberg volvió a la vida luego de un ataque cardíaco en la cancha, como ya no había cambios contra toda indicación médica siguió jugando hasta finalizar el partido. Esto sucedió en 1954 durante la copa del mundo. Uruguay venía de ganarle a Inglaterra por 4-2 en cuartos de final y queríamos revalidar el título de 1950, para ello teníamos que ganarle a la temible Hungría en la semifinal, que en aquellos años era considerada la mejor selección del mundo, contaba con jugadores como Ferenc Puskas y Sándor Kocsis, y era clara favorita para hacerse con el trofeo.

Para desgracia nuestra no contábamos con nuestra figura Obdulio Varela (El Negro Jefe), que se había lesionado en el partido anterior ante Inglaterra luego del festejo. Hungría también tenía la baja de su figura Ferenc Puskas, también por una dolencia física.

Fue así como dos potencias mundialistas se enfrentaron el 27 de Junio de 1954.

Todo fue cuesta arriba para Uruguay, el estadio Stade Olympique de La Pontais ubicado en Suiza estaba embarrado, la lluvia no cesaba y estaba repleto de Europeos en las gradas. Czibor mete el primer gol para Hungría a los 12 minutos y a los 47 minutos de comenzar el segundo tiempo meten el segundo, los minutos transcurrían y nada parecía cambiar, pero a quince minutos del final es cuando aparece la gran figura de Juan Hohberg.

En una contra perfecta, Schiaffino la filtró para Hohberg que desde el punto del penal, con cara interna del pie derecho, se la pasó a la red que defendía el gran arquero húngaro Gyula Grosics que era apodado La Pantera Negra. Era el debut de Hohberg en la selección nacional y metió el primer gol a los 75 minutos para poner el 1 – 2, el” viento había cambiado”, los uruguayos íbamos a vender muy cara la derrota, y vaya si lo conseguimos,

A los 86 minutos, otra vez Schiaffino habilitó a Hohberg que dentro del área encaró al arquero, lo gambeteó, y aunque la pelota le quedó un poco atrás igual pudo empalmarla y mandarla a guardar, es el 2 – 2 y la celeste deliria.

Nos ponemos en igualdad ante Hungría, forzamos al alargue y nos daba la esperanza de ganar. En base a gran juego y empuje Uruguay seguía en cancha.

Hohberg corrió para festejar y fue interceptado por el abrazo de un compañero. Fueron llegando otros para sumarse a la celebración del agónico empate. Una montaña de camisetas celestes sepultó al goleador y cuando de uno en uno, los uruguayos empezaron a retornar a la mitad de la cancha para reiniciar el juego, Hohberg no se levantó. Fue en este emotivo y eufórico festejo donde a Hohberg le dio un infarto.

Rápidamente comenzaron los trabajos de resurrección a un costado de la cancha mientras el partido seguía.

Tras varios segundos intentando reanimarlo a base de masajes en el pecho, el kinesiólogo le suministró coramina oral, un medicamento que estimula las funciones vasomotoras y respiratorias. Fue en ese momento cuando revivió.

Si fuera un partido de la actualidad seguramente Hohberg no hubiera seguido en la cancha, un ejemplo es el reciente caso de Christian Eriksen, quien al igual que Hohberg, murió y revivió, pero fue derivado a un hospital y el partido se suspendió durante varias horas.

Pero esto es la Garra Charrúa, Juan no sólo no fue a un hospital sino que en contra de las indicaciones médicas, siguió jugando el partido para tratar de sacar victoriosa a la celeste y así mantener el invicto de 21 partidos entre Mundiales y Juegos Olímpicos, porque hasta ese entonces Uruguay nunca había perdido un partido en un mundial y era defensor del título.

Para bajon de todos, Hungría metió dos goles más en el alargue y nos dejó un gran sabor amargo de no poder jugar otra final mundialista cuatro años después del maracanazo.

A pesar de que Uruguay terminó en cuarto lugar en el mundial de Suiza 1954, tras perder con Austria 3 -1, Juan Hohberg le mostró al mundo una vez más qué es la Garra Charrúa. Este partido en la ciudad de Laussana, Suiza, fue catalogado como “El Partido del Siglo”.
Las andanzas de Juan no terminaron acá porque unos años más tarde, en 1958 sucedió otro milagro para que pueda continuar vivo. Viajó a Portugal con toda su familia porque iba a ser comprado por el Sporting de Lisboa, por problemas con el cupo de extranjeros no se concretó. Le pagaron todo el contrato y lo mandaron de vuelta, volvió con toda la plata encima en el avión, el avión tuvo fallas mecánicas, el piloto comunicó antes de que caiga el avión que se habían prendido fuego dos de los motores y pidió servicio de emergencia, poco después el avión cae prendiéndose fuego en la arena frente a Isla Grande, cerca de Río de Janeiro. La mala noticia es que perdió toda la guita que traía de Lisboa, la buena es que de nuevo se salvó de milagro, él, su familia y el resto de los pasajeros, nadie murió en el accidente.

Este episodio lo impactó tanto que abandonó el fútbol. La hinchada de Peñarol se opone a esa decisión e inició una campaña “Por la recuperación de Hohberg”, a través de un libro con miles de firmas. Conmovido por semejante adhesión, reingresa a los vestuarios del Centenario, para retomar aliento en la reserva y reaparecer algo después en la primera, volviendo a jugar durante 10 partidos que fueron decisivos para conquistar la Copa Uruguaya de 1958, inicio del primer Quinquenio de Peñarol. Continuó en el club hasta ganar la primera Copa Libertadores de 1960. 

Jugó en Peñarol desde 1948 a 1960. Ganó el campeonato de la Primera División en siete ocasiones (1949, 1951, 1953, 1954, 1958, 1959 y 1960) y fue goleador del campeonato en 1951 y 1953).

Juan fue un hombre que siempre marcó su destino de una u otra manera, ya desde sus inicios comenzó siendo portero y cambió su suerte para terminar siendo uno de los mejores delanteros. Siendo suplente en un Campeonato de Menores realizado en las afueras de Rosario, como sólo había 11 jugadores para enfrentar al rival (Sparta) por el torneo de 6ª división, lo metieron de centrodelantero, hace dos goles y a partir de ahí le dice chau al arco.

Se quebró el pie izquierdo con el que era hábil y por no esperar la recuperación aprendió a pegarle con la derecha convirtiéndose en ambidiestro. 

Juan es un claro ejemplo de la Garra Charrúa.