Si señores, hoy hablamos de Héctor Castro ¡El Divino Manco!
Episodio dos explicando qué es la Garra Charrúa.
Si no viste el primero anda pa’ allá.
Historia
El Divino de Héctor nació el 29 de noviembre de 1904, hijo del barrio Aguada dónde vio con sus propios ojos erguirse el monumental Palacio Legislativo, y no, no nació manco, hasta sus 13 años de edad cuando tuvo un accidente mientras laburaba, se cortó el antebrazo derecho con una sierra eléctrica, a pocos centímetros del codo, y si, ahora sí se ganó el apodo de “El Divino Manco”.
Héctor era un botija de otra época, tuvo que arrancar a laburar repartiendo hielo con sólo 10 años de edad.
A pesar del accidente Héctor jugó al fobal, debuta en 1921 en el desaparecido Centro Atlético Lito, un club fundado en 1917 que supo ver a legendarios jugadores como Pedro Cea y al mismísimo José Nasazzi.
La garra del manco se sobreponía a su aparente debilidad, al contrario, era un un delantero hábil, con olfato goleador que no le escapaba al cuerpo a cuerpo, las peleaba todas, no tenía problema en usar su muñón en tu riñón.
Copa América
El Manco jugó los Campeonatos Sudamericanos, hoy llamados Copa América, del 26, 27, 29 y 35. Ganamos el del 26, donde Héctor fue el segundo mayor goleador del torneo y también el del 35, obvio.
Este torneo fue fundado en 1916 donde se jugó la final de Uruguay contra Argentina, coincidiendo con el centenario de la Independencia Argentina, se hizo en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, pero entre 20.000 y 40.000 personas desbordaron un estadio preparado para 10.000, se fue todo al carajo, se suspendió el partido y los hinchas incendiaron las gradas, el partido se volvió a hacer, pero ésta vez en el estadio de Racing. Por cierto, también lo ganó Uruguay, obvio.
El destino no quiso que fuera convocado a Colombes, dónde se dieron las Olimpiadas de Francia 1924, y por tanto quedaría fuera del selecto grupo de tricampeones del mundo junto a Nasazzi, Cea, Petrone, Scarone, Urdinarán, Andrade y el brasilero Pelé.
Pero Héctor tuvo su oportunidad en 1928.
Olimpiadas de 1928
Amsterdam, Holanda
Ahí fue convocado para jugar y ahí fuimos proclamados por FIFA como los mejores del mundo, del mundo diría J.R. ¡Del Mundo!
Sólo dos años después, en 1930, vuelve a hacer historia junto a otras leyendas como “El Mariscal” Nasazzi, Leandro Andrade, Pedro Cea o “El Mago” Scarone.
Mundial de 1930
El 18 de Julio de 1930, 100 años después de la Jura de la Constitución de 1830 de Uruguay, el recién inaugurado Estadio Centenario testifica el primer gol en el primer partido de Uruguay de la manos, perdón, de la mano del divino, no existe mejor día para que haga el primer gol uruguayo en un mundial. A los 60 minutos del partido ante Perú, le prende cartucho a la globa desde los 16 metros del arco, es el único gol del partido.
Uruguay gana ese partido, pero no convence, lo jugó muy mal, costó hacer el gol, costó ganarle a Perú.
Las modificaciones no se hacen esperar, en el siguiente partido contra Rumanía se cambia la delantera, Castro es sustituido por Juan Peregrino Anselmo. Ganamo 4 a 0. Por el buen desempeño, la modificación se mantiene para la semifinal contra Yugoslavia, no sin antes recibir en las manos del mismísimo Nasazzi flores de las visitantes Yugoslavas. El partido contra Yugoslavia termina con una aplastante goleada celeste 6 a 1. Celeste, Celeste, Celeste, Celeste al que le cueste.
Uruguay juega bien, la verdad que tava complicado pal “Manco”, difíciles chances de jugar, con Anselmo el cuadro está rindiendo.
Castro y Anselmo ya se conocían porque vivían relativamente cerca, uno de La Aguada y el otro de Capurro, compartieron delantera en el club Lito y también fueron compañeros de laburó en la UTE. Pero el perfil de ambos era absolutamente opuesto, a Anselmo se lo definía como un “jugador de 10 minutos”, de enorme talento en medidas concentradas.
Nasazzi, el histórico capitán uruguayo tenía que tomar una difícil decisión, elegir a Anselmo que le había metido un gol a los rumanos y otros 2 a los yugoslavos ó a Castro. Anselmo se adelanta y dice: “A mi entender, el centroforward tiene que ser “El Manco”.
Castro es titular en esa final.
Las hazañas del manco en éste mundial darían que hablar.
Uruguay VS Argentina
La mismísima guerra señores, es una guerra, diría una tal Graciela, pero antes, un amistoso intercambio de presentes entre ambos equipos, intercambio de banderines entre capitanes.
Ahora sí pitido y arranca una auténtica batalla.
Primer Tiempo
12′ – Pablo Dorado la mete en el arco tras un pase de Héctor Castro.
1-0
20′ – Carlos Peucelle recibe de Manuel Ferreira e iguala el partido.
1-1
Luis Monti adelanta la pelota hacia la ofensiva argentina, por elevación. José Nasazzi levanta sus manos para reclamar el off-side, pero el juez habilita la jugada. Guillermo Stábile avanza sin resistencia, y vence a Ballestrero con tiro alto.
1-2
Segundo tiempo
La batalla se hace más reñida.
12′ – José Pedro Cea empata con una barrida tras un pase de Héctor Scarone.
2-2
Uruguay domina de partido.
23′ – Victoriano Santos Iriarte la manda a guardar tras un pase de Ernesto Mascheroni.
3-2 se pone arriba Uruguay.
Un resultado poco cómodo, necesitábamos asegurar la copa
1′ para el final
Ante 80.000 espectadores ahí presentes, “El Divino Manco” recibe un centro de Pablo Dorado y mete el 4-2 definitivo de Uruguay.
4-2
Castro hizo el primero y el último gol de nuestra selección.
Para alegría de los nuestros, Uruguay es campeón del mundo por tercera vez, del mundo.
El Manco Castro, de manco nada hermano!
Nacional Football Club
Héctor jugó en el Club Nacional de Fobal de Uruguay desde 1924 a 1936 donde ganó tres campeonatos uruguayos.
Tuvo un breve paso de un año del 32 al 33 en Estudiantes de La Plata de Argentina.
En 1933 vuelve a un Nacional con números nunca antes vistos, 28 goles en sólo 4 partidos, 4 a Newell’s, 7 a Flamengo, 8 a Rampla Juniors y 9 a Central. ¡Una máquina! tanto así que fueron apodados “La Máquina Blanca”.
Y si te hablo de números nunca antes vistos es por algo, el campeonato uruguayo de 1933 fue el más largo del mundo, del mundo… tras varias finales contra Peñarol. Entre idas y vueltas, suspensiones de partidos, “El gol de la valija” (que a para otro vídeo) y que se yo, Nacional gana 3-2 con los tres goles convertidos por el mismísimo Manco Divino.
Y para estas alturas del vídeo si pensas que ya no tengo nada más que contarte sobre el Divino, ¡estás equivocado!
Director Técnico
Una vez dejó de jugar, se dedicó a ser entrenador en el Club Nacional de Footbal, el mismo que lo vio brillar de jugador.
Entre 1939 y 1943 Héctor Castro llevó a Nacional al primer Quinquenio de la historia del fútbol uruguayo.
El legado del manco no solo quedó como futbolista, también como entrenador al entregarle seis campeonatos de Liga al Nacional y llevar las riendas de Uruguay en 1959.
El manco fue el único manco -me animo a decir- en ganar una copa del mundo, ¿y quien puede decirme lo contrario?
Por eso el manco divino es un digno constructor de la Garra Charrúa.