El Temporal de 1923 de Montevideo

El Temporal de 1923 de MONTEVIDEO nos cambió PARA SIEMPRE

Toda la Rambla Wilson ha desaparecido, así como los balnearios de Ramírez y Pocitos.

El País

Lunes 9 de Julio de 1923

En 1923, hace poco más de un siglo atrás Montevideo es atormentado por el que se cree fue hasta la fecha el peor temporal de la historia de nuestro país.

Vientos huracanados de más de 150 km/h. y ráfagas mayores a los 192 km/h. azotan a Montevideo durante días.

El recientemente inaugurado monumento de Artigas ve venir desde la Plaza Independencia un ciclón extra tropical de magnitudes nunca antes vistas.

Las imponentes olas miden tres metros y medio de altura, otros hablan de más de diez metros.

El tranvía N°20 está haciendo su recorrido habitual, cuando está pasando por las intersecciones de Canelones y Cuareim un alambre telefónico que tiene contacto con un hilo eléctrico se desprende en ese instante. Los caballos del tranvía quedan fulminados en el acto.

El temporal no tiene precedentes, está destrozando todo a su paso; las comunicaciones telegráficas y telefónicas están fuera de servicio, estamos incomunicados.

Todo tipo de cables sueltos en el suelo, los servicios están suspendidos, el puerto está cerrado, los establecimientos de la costa inundados, inundadas las calles,

Todo tipo de cables sueltos en el suelo, los servicios están suspendidos, el puerto está cerrado, los establecimientos de la costa inundados, inundadas las calles, casas, usinas y depósitos, no hay gas, no hay luz, no hay nada, la ciudad está detenida.

El mar está bravío. El banco Inglés, el más temido en la navegación del Río de la Plata por su afloramiento rocoso hace encallar con ayuda del viento a dos buques mercantes. Encalla también el vapor alemán Rugia de la Hamburg-American Line con 220 pasajeros a bordo a 100 metros de las costas de La Floresta en Canelones, recién reflotado en mayo, cinco meses después del incidente; el buque belga Devonier queda varado en la costa de José Ignacio cuando está en ruta desde Río de Janeiro hacia Rosario con una carga de madera y yerba mate; un navío Brasilero, el “Cáceres” se hunde en las proximidades de Garzón; también el holandés Montferland, varios más en el Puerto de Buceo y otras embarcaciones que directamente se perdieron.

La altura del agua en las zonas costeras es de cuatro metros, sobrepasan a la creciente del 16 de abril de 1914, nueve años antes y que era hasta la fecha el peor temporal registrado. Ésta foto se corresponde a ese temporal de 1914, con esa foto no es difícil imaginarnos lo que fue el de 1923. Paso Molino, Belvedere, La Teja, Pantanoso y Villa del Cerro completamente aislados, en Punta Carretas las casas de los pescadores ya no existen. El temporal no da tregua, pasan las horas y no afloja, el segundo día es peor, diarios agudizan la situación con titulares cada vez más desoladores. Son tres días de terror.

Desde anoche estamos completamente aislados de Buenos Aires y del resto de nuestro país en lo que respecta a comunicaciones telegráficas y telefónicas.

Desde la escollera Este hasta los Pocitos, dejan un espectáculo desastroso” titula el diario.

El Plata

Y hablando de los Pocitos.

Hotel de los Pocitos

El Hotel de los Pocitos con toda su vida alrededor de niños jugando en la playa, una construcción de 60×60 metros en su base y de tres pisos, que es en altura lo equivalente a un edificio actual de 7 pisos, instalado en el medio de la playa del balneario de los Pocitos, dividiendo a la playa literalmente en dos, algo que hoy sería inconcebible que estuviera ahí, lo cierto es que en 1912 se comenzó a construir, propiedad de la empresa británica de tranvías Sociedad Comercial Montevideo, el Hotel tenía una enorme terraza con un muelle de 100 metros suspendido sobre el agua, el muelle quedó completamente destruido, sólo quedaron algunos de los tirantes de su base y botellas de las mejores marcas de vino que se dice que la gente caminando luego del temporal, la iban encontrando en la costa ya que el agua había entrado en las bodegas. Los daños de este temporal fueron el comienzo del fin del monumental Hotel, en 1935 12 años después, un nuevo temporal le da el golpe de gracia. Fue demolido en los años siguientes, poco más de 20 años de vida tuvo el hotel.

Los Conventillos también fueron muy afectados.

Conventillos

El conventillo de dos plantas y 40 piezas de la Calle Alzaibar de la Ciudad Vieja está ocupado por las clases más humildes, la suerte de la gente que ahí vivía no es la mejor, queda en ruinas luego del temporal. todos sus residentes tuvieron que ser desalojadas por riesgo de derrumbe. Si miramos en ese mismo lugar, pero con un panorama más amplio se ve el estado en que quedó todo en las zonas costeras de Montevideo.

También la casa de inquilinato ubicada en Río Negro y la costa queda junto a sus 39 piezas reducida a escombros.

Otro emblemático conventillo asediado por el temporal fue Mediomundo, el templo del candombe, ubicado en el número de puerta 1080 de la calle Cuareim (hoy calle Zelmar Michelini). Mediomundo tenía 40 habitaciones y un patio interior con 32 piletas de lavar, dos baños y un aljibe. Muchos querían desde hace tiempo demoler este edificio, por lo que querían aprovechar la volada para derribar también a este conventillo, pero en esta ocasión Mediomundo se salva de ser demolido, aunque ciertamente su suerte cambia en 1978 cuando es definitivamente derrumbado.

Un periodista del periodico El País también informó lo sucedido en Mediomundo, pero lamentablemente lo hizo con aversión, y digo con aversión para hacerme el fino, pero como yo de fino nada, te lo digo en pocas palabras, el periodista informó la noticia como un pedazo de mierda de ser humano; 

Era un enorme conventillo de una cuadra de largo. Habitaban allí 460 personas. (…) Entre las ruinas está Estanislao Saidivia, un pobre idiota que llora y grita desesperadamente y no es posible retirar de allí.

El País

Bue, así estaban las cosas por aquellos tiempos, podemos ver claramente como muchos querían erradicar esa parte de la ciudad.

Otra historia que trasciende en los diarios de la época por ser algo tragicómica es la de una casa de la calle Zabala donde se estaba celebrando un velorio en medio del temporal, a causa de toda el agua que entra a la vivienda, el féretro se va ahí flotando a través de toda la calle frente a todos lo vecinos.

Lo que no es tragicomico, sino más bien trágico son los 1000 desamparados que se quedaron sin hogar, sin nada y 4 los muertos, los cuatro del conventillo de la calle Río Negro que fueron arrastrados por el agua, más lo dos caballos que mencioné antes y una inimaginable cantidad de muertes de perros, gatos y otros animales que obviamente no fueron contabilizados, ni lo serían hoy, y menos en tiempos en que un periodista le llama “pobre idiota” a una víctima. 

Cuestión que, lo que no se llevó el agua, se lo llevó el vendaval.

Todos estos conventillos, todas estas viviendas estaban ubicadas en El Bajo.

El Bajo

El Bajo es el barrio que comprende lo que hoy conocemos por Ciudad Vieja, Centro y Barrio Sur.

El Bajo de 1923 tiene vida nocturna, al margen de la ley, ahí conviven los criollos, inmigrantes y afrodescendientes. Ahí nace el candombe de la mano de los negros que fueron arrancados de sus hogares y después el tango de la unión de todas las culturas que ahí vivían, ahí se frecuenta el cabaré y los prostíbulos. Solo en la calle Brecha son 14, 14 los prostíbulos.

El Bajo tiene fama de la mala, ya desde hace años, son Interminables las discusiones parlamentarias sobre qué joraca hacer con El Bajo, hace rato hay miras de demoler la antigua rambla que tiene el murallón y sus construcciones aledañas muy precarias y por supuesto también por la mala fama que tienen. “Y parece que el mar en un rezo, demostrara también su emoción” dice una canción, que casualidad el destino, el temporal simplifica las discusiones, gran parte del murallón se cae, las casas cedieron como papel a causa del agua que entró en sus sótanos. La situación del lugar dejó al Bajo en peores condiciones que las de antes.

En 1910 existían los Baños de Aurquía o Baños del Sur, estos estaban ubicados en la Rambla Gran Bretaña y Maldonado, el lugar era fomentado por la movida higienista de comienzos del siglo XX para que sea usado por aquellos bañistas que a pesar de las rocas y juncos del lugar, aquel corajudo que quisiese se podía tirar al agua desde allí. Ocho años después, en 1918 así está el lugar, los Baños del Sur están destruidos, sólo se mantiene en pie su portal. Ahora ya no quedan los Baños de Aurquía, ni su pintoresco portal.

Y toda esta situación nos lleva a realizar nuestra más importante obra La Obra Faraónica

Reconstrucción de Rambla Sur

El temporal trae paso a la reconstrucción de la rambla sur, “La piqueta fatal del progreso”, la demolición de casi mil casas, de varios prostíbulos, del viejo murallón, de cuantiosas playas por cuanto se le ganó al mar, tal vez sea porque nos quedamos con miedo ó (en otras palabras), tal vez nos quedamos cagados hasta las pata, quién sabe, lo cierto es que se le ganó 18 hectáreas. Se desmanteló el templo Inglés, sacándolo del Cubo del Sur y se lo reconstruyó enfrente, pero esta vez mirando al mar. También se le pidió al estado que aprovechara esta ocasión para reemplazar el tendido aéreo de los cables telefónicos por un tendido subterráneo.

Ahora, imaginen si hoy día esa zona de la rambla en días de temporal ya es bastante brava, como saben, en muchas ocasiones las olas pasan por encima nuestro atravesando toda la rambla, ahora, se pueden imaginar lo que habrá sido en aquella época que no existía el muro de contención.

Lo que se hizo en El Bajo es una verdadera obra faraónica, sin exagerar, de hecho, las más grande e imponente de nuestro país, la más cara, una millonaria obra que merece un completo vídeo a parte porque no sólo cambió para siempre la fisonomía del lugar sino también, aunque no lo creas, cambió la forma en hoy en día vivimos nuestras vidas, en todo sentido.

Adiós entonces a lo que se conocía hasta entonces, la civilización te clava su puñal, dice la canción…

Adiós mi barrio

Adiós mi barrio es el nombre de la letra triste y sentimental de aquel tango uruguayo escrito en 1930 por Víctor Soliño y compuesta por Ramón Collazo, testimonial canción que le canta al viejo barrio sur, y que fue interpretada años después de forma sublime por Los Olimareños.

A Soliño el cambio surgido de la faraónica obra en El Bajo le pega en el alma, le pega en sus recuerdos de la infancia. Por eso a sus treinta y tres años de edad le invade la nostalgia de aquella zona que ahora está destruida, la casa de sus amigos ya no está, el almacén Los Dos Frentes ya no está el “negro murallón” ya no está, en general el área de El Bajo ya no estál. Soliño veía que El Barrio Sur se había convertido en «un páramo», sus años felices de su infancia se habían ido para siempre.

Por eso escribió “Adiós mi barrio”.

En una noche de verano de 1930, en una casa que sobrevive de la calle Durazno, La Troupe Oxford la toca por primera vez, y ahí el propio Soliño presente, pudo ver la emoción del momento, pudo ver a los vecinos que asistieron al lugar en recogido silencio con brillantes lágrimas en los ojos. Fue ahí cuando Soliño experimentó una sensación que nunca había tenido: en sus propias palabras «por primera vez había escrito algo». Y si será lo hizo, su letra no pudo ser mejor:

Viejo barrio que te vas
te doy mi último adiós
ya no te veré más.
Con tu negro murallón,
desaparecerá
toda una tradición.
Mi viejo Barrio Sur,
triste y sentimental,
la civilización
te clava su puñal.
En tu costa de ilusión
fue donde se acunó
el tango compadrón.
Ya se fue tu famosa muralla,
cuyas sombras sirvieron mil veces
de testigo a los guapos de laya
que morían por un corazón.
Y en las noches de luna febriles,
al compás rezongón de las olas,
los muchachos con sus tamboriles
ya no entonan su alegre canción.
El boliche ha cerrado su puerta,
ya no hay risas, ni luz, ni alegría
y en la calle ruinosa y desierta
sopla un viento de desolación.
La piqueta fatal del progreso
arrancó mil recuerdos queridos
y parece que el mar en un rezo,
demostrara también su emoción.
(Recitado)
Barrio Sur… Viejo barrio querido
que te van arrancando a pedazos
perfumao con olor de leyenda,
para vos es mi canto.
Para vos Barrio Sur de mis sueños
que me has visto jugar de muchacho
y guardás en tus calles estrechas
mil recuerdos sagrados.
Para vos viejo barrio compadre,
de pañuelo y chambergo ladeado,
que tenés mansedumbre de niño
y arrogancia de macho.
Para vos viejo Barrio Sur de mi vida
que engendraste el tango
con pasiones, tragedias y risas
para vos es mi canto.
Viejo barrio que te vas
te doy mi último adiós
ya no te veré más.

Adiós mi barrio

En Uruguay no pasa nada” dicen muchos, eso pensaba yo también, pero la realidad es que siempre pasa algo, y cuanto más miramos en nuestra historia, más vemos que sí pasan cosas y no son pavada, fueron verdaderos desastres naturales, fueron tan importantes que cambiaron la fisonomía de una ciudad, la nuestra, nuestra cultura, nuestros barrios, nuestras costumbres. Yo sólo me animo a decir que todavía no sabemos si ya hemos vivido el peor de todos los temporales, tal vez ese está por venir. La historia me cuenta que sería mejor que nos preparemos, que preparemos al país por si las moscas.