El Tesoro de las Hermanas Masilotti

El TESORO de las Hermanas MASILOTTI y el MISTERIO del Cementerio Central de MONTEVIDEO

El tesoro de las hermanas Masilotti

Se cree que en el Cementerio Central de Montevideo se esconde el tesoro de las hermana Masilotti. Es un lugar en donde descansan los muertos y sin embargo en esta historia la esperanza está más viva que nunca.

Se cuenta que el tesoro tendría un boceto perdido por siglos de una estatua del Papa Julio II, a quien apodaban El Papa Guerrero, el boceto habría sido hecho por el mismísimo Miguel Ángel, también habrían esculturas griegas y romanas de la época clásica, monedas de oro, joyas, coronas y cálices, documentos españoles originales del siglo XVI, cascos de plata incaicos y máscaras de la muerte, placas de oro con relieves y figuras de sacrificios del imperio Inca. Y la lista sigue, pero ya con eso me da para vivir unas cuantas reencarnaciones. Esta lista tan exacta la tenían las hermanas Clara y Laura Masilotti quienes la habían recibido de su padre.

Unos días antes de la navidad de 1950 las hermanas Masilotti de nacionalidad italiana, llegan a Uruguay desde el glamoroso barrio de Hollywood de Estados con la misión de excavar en el cementerio y encontrar su regalito de navidad; su tesoro!

Como podrán imaginarse esto no pasa desapercibido por estos pagos, es todo un revuelo, la prensa deja a un lado las noticias internacionales y otras menos importantes sobre el Turf, los romances de la farándula uruguaya y algún que otro asesinato.

Tanto la prensa como la gente empiezan a especular, ya está en boca de todos ¿quiénes son las hermanas Masilotti? ¿cómo llega el tesoro a estas tierras? Y en particular ¿cómo va a parar al cementerio central?

El origen

Existen varias teorías respecto al origen de todo esto, una de las más aceptadas cuenta lo siguiente;

Se sabe que el cardenal italiano Juan María Mastai Ferretti visita Chile y Perú entre 1823 y 1825, después vuelve a Roma, pero antes pasa por Uruguay, en esta visita a Uruguay se dice que deja su tesoro escondido, no necesariamente en el cementerio Central, también se sospecha que estaría en la casa de Manuel Ximenes y Gómez en donde Mastai vivió un tiempo, si vas por la rambla en la zona del puerto la podes ver y visitar.

La teoría entonces de que el tesoro está en el cementerio central es para muchos improbable ya que el cementerio se construye en 1835 cuando Mastai ya había vuelto a Italia.

Pero entonces, ¿por qué tanto se habla del cementerio Central?

Es que, existe otra teoría bajo la misma línea argumental que cuenta que mientras Mastai está en Uruguay, tiene un romance con una uruguaya y con ella tiene un hijo antes de volver a su Italia natal. Ya en Italia, en 1846 Mastai se convierte en el papa Pio IX, también conocido como “Pio Nono” (el morfi no) y entre las personas que conoce “Pio Nono” está el franco-italiano Guiseppe Garibaldi. Garibaldi fue uno de los principales líderes y artífices de la unificación de Italia. Condenado a muerte por luchar para que Italia sea unificada, se raja a Sudamérica donde la situación era opuesta, mientras que en Italia Garibaldi buscaba la unificación, en Sudamérica buscaba la fragmentación de las antiguas colonias. En 1878 muere “Pío Nono” (que en paz descanses Pío Nono), pero antes de morir le da a Garibaldi un tesoro, ese tesoro sería un obsequio para su hijo en Uruguay, ese hijo, décadas después sería el padre de las hermanas Masilotti.

Pero ¿cómo se explica que el tesoro que “Pío Nono” le dio a Garibaldi llegara al cementerio Central?

Parece que Garibaldi escondió el tesoro en su casa y cuando Rosa, su hija de tres años muere, es enterrada en el cementerio Central y junto a ella en el cajón mete el tesoro. Imagino que el féretro tenía el tamaño de una niña con gigantismo, con doble fondo y todo, por Alerta Aeropuerto no pasaba. La intención de Garibaldi con esto es mantener el tesoro seguro durante los siguientes años.

El padre de las hermanas Masilotti viaja desde Europa a Uruguay en dos ocasiones, pero en ambos intentos le erra como un campeón a las fechas que elige. La primera vez, en 1874, termina en cana durante el gobierno de José Ellauri por ser considerado “sospechoso” ¿sospechoso de qué? no encontré data alguna.

Tras este desfavorable contexto, decide esperar 30 años antes de volver.

La segunda vez que viene es en 1904, pero si algo no tenía el padre de las hermanas Masilotti, es culo, nada, definitivamente, porque en esta segunda visita queda atrapado en la llamada Revolución de 1904 que fue la última guerra civil que vive Uruguay, pero la suerte está echada y esta vez no se va a ir sin su tesoro. Espera se haga la noche y va al cementerio, se para frente a la tumba de Rosa, la hija de Garibaldi y empieza a cavar, pero lo descubren con las manos en la masa y le pegan un tiro en la cadera. Tras este acontecimiento y en medio de una guerra civil, decide escapar y volver a Estados Unidos sin haber encontrado lo que vino a buscar y sin poder actualizar el mapa que aparentemente tiene errores por no contemplar algunas modificaciones que se hicieron en el cementerio después de haber hecho el bosquejo.

Y es así cómo en teoría se pierde el rastro del tesoro.

1950 La excavación

En 1950 las hermanas Masilotti llegan con el mapa de su padre entre sus manos, el documento de 1846 detalla un antiguo sistema de defensa por túneles en Montevideo. Habla del tesoro, dice que vale unos 5 millones de dólares (eso en aquél entonces, hoy al cambio es aún más) y muestra en un detallado, pero desactualizado mapa en dónde está guardado. Esos túneles sorprenden a los municipales, que no conocen la existencia de muchos de ellos. Según el mapa el tesoro está enterrado al costado del Panteón Nacional.

Un año después, en 1951, casi un siglo desde que vino el padre delas Masilotti, la autorización para cavar en el cementerio es concedida por las autoridades, una de las hermanas se presenta en el lugar junto a las autoridades que le ponen como condición cavar desde fuera del Panteón, con el fin de no joder la estructura.

De a ratos la Sra. Masilotti saca a escondidas y recelosamente de su bolsillo el mapa, pero sólo ella lo lee. Un cronista y un joven abogado afirman haberlo visto fugazmente, según ellos hay errores en los nombres de las calles. La prensa está como loca, quieren saber más, le siguen como una sombra a cada paso. La gente de todas partes se acerca a chusmear, se cuelgan del muro para ver cómo va la cosa. Un Yankee rico le ofrece a Masilotti cincuenta mil dólares de la época para hacerse con los derechos de la excavación. Un famoso radiestesista también ofrece sus servicios, y vos te estás preguntando qué carajos es un radiestesista, bueno, básicamente es una persona que dice tener una sensibilidad especial para ciertas radiaciones usando una vara, ¡Te encuentra oro, petróleo, agua, personas, de todo! Los bares ofrecen el menú “Masilotti” (no es joda, como todo lo que ves en este vídeo, obvio).

Hasta la prensa está en sintonía, publicaciones humorísticas acaparan las portadas. En una de esas publicaciones se ve a Franco, el dictador español, triste al ver que todavía hay tesoros en América y no van a ser para él. “FRANCO – ¡Qué macana! Ahora que yo iba a reconquistar el Imperio se me cruza la señorita Mazzilotti.” Otra ilustra a una máquina levantando al cementerio entero. En otra publicación se ve a un miembro del Consejo Municipal en busca de un tesoro…y de impuestos, obvio.

Hasta el ex presidente Juan José de Amézaga se frotó las manos, él era nada menos que el abogado de las Masilotti.

La iglesia católica pone el grito en el cielo y califica de profanación las excavaciones en suelo sagrado.

Es tanto el quilombo que tienen que cierran el cementerio al público, para poder excavar en paz, pero como es lógico la gente se re quemó porque no podían ver a sus familiares fallecidos, así que la justicia decide que las excavaciones se hagan en la noche para que los obreros no se crucen con los visitantes.

A todo esto Masilotti llega al Panteón, se detiene y señala el lugar donde quiere empezar a cavar. La excavación arranca mientras la Sra. Masilotti observa el avance y calcula todo lo que va a comprar; una casa en Malibú ó mejor aún, en Punta del Diablo, dicen las amigas del té que será la próxima Punta del Este. Sin embargo, a pesar de romper y romper a lo rabioso, tras dos semanas haciendo pozos, yendo y viniendo, el tesoro no aparece.

Parece más difícil encontrar este tesoro que ganar el 5 de oro.

Leyendas urbanas dicen que sí apareció, pero se lo robaron los funcionarios municipales, que se dieron a la fuga fuera del país con él.

Se cuenta que durante la búsqueda del tesoro un trabajador cae dentro de un pozo y termina sobre unos cadáveres, otro directamente se perdió, trabajaba en los túneles durante la noche y al día siguiente nadie lo volvió a ver.

Aún hoy se pueden ver enterradas las mechas que se usaron para excavar, si uno va al lugar se ven las baldosas cambiadas en donde se hicieron los pozos y los diseños decorativos con cicatrices.

1956 Otra oportunidad

Y todo parecía ser el fin de esta búsqueda del tesoro, pero no, porque en 1956 las Masilotti vuelven a la carga. Si, otra vez, esta vez asesoradas por el periodista Humberto Dolce quien había estado muy interesado en el tema. ¡Y encontraron el tesoro!? (Aleluya) ¡No! No lo encontraron.

1971 La tercera es la vencida

Pero todos sabemos muy bien que la tercera es la vencida, por eso las hermanas Masilotti vuelven al ruedo en 1971. ¿Y encontraron el tesoro!? Para, no te emociones que la ultima vez te desilusionaste. Esta vez excavaron en el noreste del cementerio, pero, pero, pero, tampoco encontraron el tesoro porque nunca se terminó de buscar, el abogado de la familia Masilotti murió unas semanas antes de empezar a excavar, dicen ellos que en realidad fue asesinado, pero nunca fue visto por la justicia de esa manera. Para variar el contexto estaba jodido y lo más importante, Clara Masilotti tuvo un derrame cerebral que le impidió seguir.

¿Porqué no se encontró el tesoro en el Cementerio Central?

Existen varias teorías interesante que responden a esta pregunta:

La teoría del temporal

En 1923 Montevideo vivió el peor temporal que recuerda la historia, vientos de 150 km/h y olas de 3.3 metros de altura barrieron literalmente toda la costa, desde Ejido hasta la rambla Wilson, que hoy es la playa Ramirez. La rambla fue reconstruida y se le ganó al mar, se dice que ahí debajo de esas construcciones, en esas playas, hay un túnel en donde se habría enterrado el tesoro. Muchos vecinos dicen que hay una puerta antigua sobre la calle Viana que corre junto al cementerio, ahí, en frente a una canchita de básquetbol está la boca de un túnel en dirección al cementerio, está tapiada, antes ahí había una reja y si se golpea suena a hueco.

La Teoría de la puerta de acceso al cementerio

Otros creen que las hermanas estaban confundidas al leer las coordenadas del mapa porque antiguamente la puerta principal de acceso al cementerio no era por la calle Gonzalo Ramírez, sino que se ingresaba por el costado.

La teoría de los cuerpos trasladados

También se dice que se habían hecho obras en el Cementerio Central y muchos cuerpos fueron trasladados, entre ellos el tesoro del cardenal que estaba dentro del ataúd de Rosa, la hija de Garibaldi.

Otras teorías

Pero también existen otras teorías que ponen la ubicación del tesoro fuera del cementerio:

La teoría del cementerio equivocado

Muchos dijeron que en realidad las hermanas Masilotti se equivocaron de Cementerio Central. En la ciudad de Salto, el cementerio antiguo también se llama así, y fue inaugurado en 1851, pero se comenzó a construir justo cuando Garibaldi abandonó el Uruguay. Uno de sus costados da contra el arroyo Ceibal, que podría simbolizar el mar que se dibujó el antiguo mapa de las Masilotti.

Y te dejé para lo último la teoría que gana por goleada, la que más popularidad tiene por lejos;

La teoría de la fábrica Strauch & CIA

En la vereda de enfrente del Cementerio Central de Montevideo, excavaron muy profundo para construir una fábrica, encontraron túneles y al recorrerlos supuestamente encontraron el tesoro. Los obreros que trabajaron en la demolición comentaron que vieron túneles. Uno de ellos iba en dirección al cementerio y atravesaría el Cementerio Central. En honor a su suerte los dueños de la fábrica crearon una marca de jabones de creolina a la que le pusieron de nombre “La Buena Estrella” y un logo con una estrella de cinco puntas, la que usa la Masonería. La Masonería tenía mucho que ver con Garibaldi y la familia Masilotti. Además el hermano del dueño de la fábrica de jaboneros tenía una joyería sobre la calle 25 de mayo. Y bueno, la gente pensó que estaban levantando guita pala, hicieron un dos más dos cuatro y todo les cerró, por es la teoría más popular.

Después hay otra decena de teorías que no vamos a profundizar porque se nos hace interminable, que se yo, dicen que en realidad lo encontró la empresa Campiglia en 2013, la que hizo los edificios sobre la antigua fábrica de jabones que fue demolida (y oh que casualidad, los edificios se llaman “Estrellas del Sur”). También dicen que lo encontró la Intendencia de Montevideo, que las Masilotti en realidad si lo encontraron, pero se hicieron las boludas y se fueron con toda la mosca sin levantar la perdiz, que los Tupamaros se lo llevaron. Que como el antiguo documento tenía marcas en árabe, la hija de Laura Masilotti sospechó de los terroristas islámicos que atentaron el 11 de septiembre. Que lo encontró el dueño del bar de la esquina porque sacaba tierra de la casa y no voy a profundizar más porque es interminable.

Conclusión

Básicamente esto es la fiebre del oro, todo el mundo quiere encontrarlo o saber qué pasó con el tesoro. Hasta el día de hoy la gente habla de esto, así como yo lo estoy haciendo en este artículo, después de todo ¿quien no quiere un tesoro así?, es el axioma de la caza del tesoro.

Si me preguntas qué pienso yo, bien ya que insistís te cuento;

Yo pienso que el tesoro si existe, cuando mucho se habla de algo es por algo, creer o reventar. El propio gobierno uruguayo y muchas personalidades importantes andan como buitres alrededor de esto y nombres como el de Garibaldi sonaron y mucho porque existían dudas razonables para creerlo. Creo que alguien encontró el tesoro y se lo quedó, pero cerró el orto y después nos hizo un guiño de ***, porque esto es como sacar el 5 de oro, hoy en día nadie te dice que lo sacó, ¡pa que!, no terminaste de decírselo a los medios y ya te están afanando la casa (Latinoamérica no lo entenderías).

¿Y vos qué pensás?, ¿existió el tesoro?, ¿lo encontró alguien o todavía está por ahí escondido?, ¿qué teoría te convence más?

Yo por la dudas me estoy yendo a dar una una vueltita por el cementerio, quien sabe, por ahí… se da.